Muchas ciudades del mundo se esfuerzan por aumentar el número de ciclistas. Pregúnteles por qué y obtendrá una mezcla de respuestas: estamos atestados de coches, la calidad del aire es mala, vimos a otro hacerlo… El mensaje no está claro, el plan es incierto, la visión de futuro de la ciudad indefinida y, por tanto, el progreso se estanca.
Sin embargo, existe una oportunidad increíble de transformar nuestras ciudades mediante el uso de la bicicleta urbana, con enormes beneficios sociales, económicos y medioambientales para todos, si conseguimos transmitir el mensaje adecuado.
Mirando más allá de nuestras propias calles, queríamos entender hasta dónde llegaban estos beneficios a nivel mundial, así que empezamos a destilar lo mejor de lo que estamos viendo en todo el mundo.
Los resultados proporcionan el lenguaje que todo el mundo necesita para hablar de la bicicleta. Estos son los cinco efectos transformadores de la bicicleta según BYCS.
- SALUD
A menudo se hace referencia al ciclismo por sus beneficios para la salud, pero en términos más suaves que no dan al asunto la importancia que merece. Si practicas ciclismo con regularidad, puedes reducir hasta un 52% las probabilidades de sufrir enfermedades cardiacas y hasta un 40% las de padecer algunos tipos de cáncer.
También reduce el riesgo de diabetes de tipo 2 y de infarto. Y tiene notables beneficios para la salud mental, ya que ayuda a controlar el estrés y la ansiedad y a prevenir la depresión. Esto es muy importante, ya que uno de cada seis de nosotros sufre problemas de salud mental en la actualidad.
- MOVILIDAD
Muchas conversaciones sobre el ciclismo se atascan aquí. La bicicleta urbana nos lleva del punto A al punto B de forma eficiente y con buena salud. Hecho. Pero lo más importante es que también nos llevan del punto A al E, donde “E” significa educación, empleo y servicios esenciales.
Esto es algo que muchos de nosotros damos por sentado, pero que está fuera del alcance de muchos millones de personas en todo el mundo. Gracias a la sencillez y asequibilidad de la bicicleta, la mayoría de las personas de todas las edades, ingresos y capacidades pueden acceder a una vida mejor a través de la bicicleta.
- COMUNIDAD
Dando a todo el mundo este acceso, podemos construir comunidades más fuertes. Todo el mundo es igual en una bicicleta y, al abrirte, conectas más con la gente que te rodea. Nos ayuda a crear lugares inclusivos y seguros con ciudadanos más comprometidos e integrados.
Por eso debemos garantizar que todo el mundo pueda circular en bicicleta con seguridad y confianza, tanto si tiene 5 como 85 años.
- MEDIO AMBIENTE
La bicicleta nos conecta con el mundo que nos rodea y nos hace sensibles a los cambios que podemos provocar. Sabemos que el cambio climático -o más bien la degradación del clima- nos afectará a todos y afrontarlo puede resultar abrumador. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) da un consejo muy sencillo: todos tenemos que ir más en bicicleta urbana.
Y luego está la contaminación atmosférica, responsable de nueve millones de muertes al año. Nuestras bicicletas limpias y ecológicas ayudan a combatirla.
- ECONOMÍA
Las empresas que animan a sus empleados a ir al trabajo en bicicleta tienden a funcionar mejor: atraen a los mejores talentos, y esas personas se vuelven más presentes, creativas y productivas; impulsan un mayor éxito. Si esto se amplía, las ciudades que adoptan el uso de la bicicleta son también más fuertes económicamente.
Un estudio realizado en el Reino Unido demostró que los no motoristas gastan un 40% más de dinero al mes en las tiendas de barrio que los motoristas. Y lo que es aún más emocionante, la filosofía de una ciudad, su ADN, cambia cuando da prioridad al uso de la bicicleta. Inspira e informa el establecimiento de una economía más sostenible y circular.
Si juntamos todo esto, vemos que la bicicleta ayuda a cada ciudad a abordar una amplia gama de sus retos más acuciantes. Y, sin embargo, ningún lugar del planeta ha aprovechado hasta ahora todo el potencial de la bicicleta urbana porque no ha sabido conectar todos estos puntos.
Las ciudades que se tomen en serio estar preparadas para el futuro dejarán de hablar de la bicicleta únicamente como una cuestión de movilidad. Dejarán de intentar determinar si los taxis autónomos deben recibir tanto apoyo como las infraestructuras para bicicletas y las campañas de cambio de comportamiento ciclista.